España y la incultura de la transparencia

Si en algo coincidieron los ponentes del II Congreso Internacional de Transparencia, celebrado Madrid la pasada semana, es en afirmar que en España hay muy poca cultura de la transparencia. Al evento, que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, acudió Lars-Hjalmar Wide, el embajador de Suecia, primer país en contar con una ley de acceso a la información. Fue aprobada nada más y nada menos que en el año 1766. El embajador sueco señaló que «está bien tener una legislación, pero es más necesario tener una cultura de la transparencia en todos los colectivos y entidades», en referencia al caso español. En Suecia, indicó, el derecho al acceso a la información está en el ADN de los ciudadanos, que pueden hasta consultar los SMS del Primer Ministro.

Victoria Anderica Caffarena moderando una mesa en el II Congreso Internacional de Transparencia

A esto también se refirieron en la mesa de debate ‘La actividad de los órganos de garantía del derecho de acceso’, en la que algunos responsables de estas entidades diagnosticaron el estado de la cuestión en España. Según Daniel Cerdán, del Comisionado de la Transparencia de Canarias, la falta de medios y la falta de presión por parte de la sociedad son los ingredientes para que se haya tardado tanto en aprobar una Ley de Transparencia a nivel estatal. La presidenta de la Comisión de Garantías del Derecho de Acceso a la Información de Cataluña, Elisabeth Samarra, se refirió a la falta de formación de los funcionarios como uno de los problemas que hacen que la transparencia no crezca a mayor velocidad.

Precisamente, en el último Barómetro del CIS del mes de septiembre, se incluyen por primera vez cuestiones en referencia a la transparencia. Es destacable que el 84,1% de los encuestados se mostró muy o bastante de acuerdo con la idea de que la transparencia acerca a los ciudadanos a las instituciones. Sin embargo, el 47,3% dijo que no conocía la normativa vigente. El Portal de Transparencia, por su parte, era desconocido para el 75%. Este y otros datos presentes en el informe, subrayan esa incultura de la que se habló en el II Congreso Internacional de Transparencia.

¿Cómo resolver este problema? Los expertos de la mesa de debate a la que se ha hecho referencia anteriormente apuntaron varias propuestas: La necesidad de una transformación digital y de una oferta de datos accesible (Javier Bizkandi, presidente de la Comisión Vasca de Acceso a la Información Pública.) y la creación de índices de transparencia y de códigos (Daniel Cerdán Comisionado de Transparencia de Canarias), entre otras. Algunos políticos, presentes en el Grupo de Trabajo de ‘La transparencia: análisis y evaluación. Especial referencia a los partidos políticos’ también aportaron algunas proposiciones: Pedagogía desde la infancia (PP), administraciones fuertes tecnológicamente (PP), involucración de todos los actores (PP), abrir los límites desde la ley (Podemos), hacer accesible la información (Podemos, PSOE), facilidad para localizar los datos (PSOE), reformar la democracia (PSOE).

Pero una de las ideas que más destacó en los debates fue la necesidad de invertir de forma inmediata en transparencia. Así lo justificó la presidenta de la Comisión de Garantías del Derecho de Acceso a la Información de Cataluña: «La transparencia es cara, pero más lo es la corrupción, por eso merece la pena. Si no invertimos, perjudicamos a los ciudadanos». Como bien dice el refrán: Más vale prevenir que curar.

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