Hace unos meses, en el marco de un proyecto de innovaci贸n docente de la Universidad de Valladolid, un grupo de profesoras nos cuestion谩bamos c贸mo nuestros c贸mplices en las aulas, todos ellos estudiantes de Periodismo, estaban utilizando los medios de comunicaci贸n para enterarse de los aconteceres de la actualidad. Obviamente, part铆amos de la importancia que para ellos ten铆a Internet en sus vidas como herramienta de informaci贸n, pero nos motiv贸 la inquietud por tratar de acercarnos a sus h谩bitos informativos. Confieso que, tal vez, en esa idea impera una inquietud narcisista para saber cu谩n real era para ellos lo que una le contaba. Los resultados fueron absolutamente sorprendentes, y como suele pasar, no est谩 muy clara la inclinaci贸n de la balanza de qui茅n sorprende m谩s a qui茅n. Como el trabajo tendr谩 su difusi贸n acad茅mica pertinente, no cabe en esta entrada una dilata explicaci贸n sobre correlaciones, varianzas y dem谩s estad铆sticos descriptivos, pero s铆 una breve reflexi贸n de c贸mo nosotros, los profesores, debemos aprender a mirar los medios:
Nuestros alumnos, estudiantes de Periodismo, son ejemplo claramente, sin saberlo, del sistema de comunicaci贸n h铆brido que Andrew Chadwick describe en su ya c茅lebre libro The Hybrid Media System聽. En efecto, nuestros c贸mplices de la Universidad de Valladolid se aproximan a la realidad diaria a trav茅s de m煤ltiples interacciones entre los medios de comunicaci贸n, combinando los viejos medios con los nuevos medios. Es falso, por tanto, que los j贸venes solo se informen a trav茅s del m贸vil, tambi茅n ven la televisi贸n, escuchan los 40 Principales en la radio o leen El Pa铆s en papel (cabe decir que es de distribuci贸n gratuita en su facultad), aunque los comportamientos, rutinas y h谩bitos de este uso sean muy diferentes al que pueden ejercer otras personas que tambi茅n comparten este mundo.
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