La Universidad de Estambul (İstanbul Üniversitesi), distanciada del Gran Bazar por solo cinco minutos a pie, es una de las atracciones señaladas de forma más recurrente en los mapas turísticos de capital turca, la cual cuenta con más de una treintena de instituciones académicas, entre públicas y privadas, sobre todas las orillas del Bósforo. Entre ellas se encuentra la Universidad de Maltepe (Maltepe Üniversitesi), con quien la Universidad de Valladolid, en su área de Comunicación, cuenta con un convenio de profesorado ideal para quienes deseen aprovechar Becas Erasmus + a través de la modalidad Teaching Mobility.
Si la Universidad del Bósforo (Boğaziçi Üniversitesi) o la Universidad de Fatih Sultán Mehmet (Fatih Sultan Mehmet Vakıf Üniversitesi) impresionan también por su belleza, la Universidad de Maltepe consigue un efecto similar debido a su tamaño. El campus, en cuyo interior comienzan y terminan hasta tres líneas de autobuses urbanos de Estambul, cuenta no solo con diversos edificios dedicados a cada una de las facultades de diferentes ramas del conocimiento (derecho, artes, ingeniería o medicina, entre otros), sino también con escuela de infantil, primaria y secundaria, un complejo hotelero (Marma Otel) y diversas esculturas que embellecen el paseo entre los diferentes espacios, como el que separa la Facultad de Comunicación (İletişim Fakültesi) del Centro Cultural (Kültür Merkezi).
Ese último espacio, además de contar con un comedor gratuito para el personal de la universidad –incluido el profesorado visitante–, reserva un espacio al Servicio de Relaciones Internacionales, abierto en horario de mañana y tarde y, aún más importante, con disposición para firmar todos los certificados que sean precisos para el reembolso de los gastos de movilidad, pues, la persona que realiza la estancia ha de proporcionar por adelantado el dinero dedicado al viaje, alojamiento y manutención.
En este sentido, tras haber preguntado a diferentes fuentes –tanto viajeras como foráneas– y contar ya con la experiencia propia, se pueden apuntar varias opciones adecuadas para realizar la movilidad. Para viajar hasta Estambul, Turkish Airlines ofrece conexiones directas a un precio asequible con el límite de la bolsa de viaje, especialmente si los billetes se adquieren con tiempo. En el caso del hospedaje, una buena alternativa a dormir dentro del propio campus –en el Hotel Marma–, es el barrio de Kadıköy. Situado en la zona asiática de Estambul, este distrito se aleja de las zonas más turísticas de la ciudad, lo que significa mayor tranquilidad –y mimetismo con el entorno– sin perder la posibilidad de disfrutar del encanto de la ciudad: un paseo a las orillas del Bósforo ofrece una vista de las inmensas Santa Sofía y Mezquita Azul, que solo desde la distancia pueden observarse delineando juntas el perfil que separa la ciudad del cielo.
Con más de catorce millones de habitantes, el tiempo se dilata cuando se trata de recorrer la ciudad en transporte público. A pesar de ello, la red de metro, autobús y tranvía ofrece diversas conexiones y opciones para llegar al destino deseado con relativa facilitad, dado el conglomerado de vehículos que produce su caótico tráfico. Por ello, es más que una opción razonable viajar desde Kadıköy a la Universidad de Maltepe, pues están conectadas mediante línea de metro y autobús, de manera que el recorrido se completa con solo un transbordo y una hora de viaje.
Además, en el barrio se encuentra situada Ayrılık Çeşmesi, la estación de Marmaray, el sistema de transporte subterráneo y submarino que enlaza con la zona de interés turístico de Estambul. En esta y en otras paradas de tranvía y metro se disponen máquinas que expenden Istanbulkart, la tarjeta recargable y válida para toda la red de transporte público. En cuanto a la comida, en este caso lo más recomendable es optar por la improvisación, el gusto personal y, si procede, por las recomendaciones de la variedad de kebaps, pescados y dulces que se cocinan en la ciudad y que se pueden adquirir por un precio muy inferior al europeo –pues cuatro liras turcas (TRY) equivalen a un euro (EUR)–.
Paseos turísticos y acercamientos culinarios aparte, otras de las experiencias de una movilidad de profesorado Erasmus + es, cómo no, la posibilidad de impartir clase en otros países. En este sentido, la Universidad de Maltepe previó las ocho horas mínimas lectivas que ha de ofrecer quien visita la institución integradas en clases ordinarias dentro del Grado de Periodismo. Y aunque con matices dependiendo de la obligatoriedad, el nivel y la temática de la asignatura, los y las docentes encargados de estas coincidieron en su petición para estas sesiones: el periodismo español. La demanda se tradujo en una explicación de los grupos mediáticos que operan en el territorio estatal, del pluralismo polarizado de Daniel C. Hallin y Paolo Mancini así como de la agenda política actual.
Las barreras idiomáticas se superan gracias a unas presentaciones visuales y la colaboración del profesorado, que tradujo las cuestiones más complejas del inglés –idioma en el que se impartieron los seminarios– al turco. Eso sí, no faltó quien mostró con entusiasmo un manual de lengua española o quien sabía pronunciar el nombre del alguna producción audiovisual pues, en ese momento, La casa de papel gozaba de gran popularidad entre los usuarios y usuarias de Netflix.
Merece la pena sorprenderse con el conocimiento del alumnado sobre el Estado español y que, en ocasiones, se aleja del ámbito periodístico y político. Y como nunca está de más adelantarse a las cuestiones que puedan interesar desde los pupitres, aquí va el último de los consejos antes de viajar a Universidad de Maltepe: reflexionar sobre la preferencia entre el Real Madrid o el F.C. Barcelona. Con intención, ante todo, de no decepcionar en ninguna de las sesiones a una mano valiente que descubra el interés nulo por el fútbol de quien ha viajado hasta su país desde el lugar donde se emiten los clásicos entre los dos equipos.