Tempus fugit. Hace ya más de un mes que se presentó en Valladolid Akelarre ciberfeminista, un proyecto gestado en Medialab-Prado a través de la convocatoria “Narrativas digitales en tiempo real”. La propuesta, presentada por por Lyann Quartas y Virginia Díez, la última natural de esta ciudad, propone la premisa principal de empoderar el movimiento feminista mediante la experimentación con lenguaje de programación para la creación de bots anti-machitrolls (por ejemplo) o la generación de un kit de autodefensa feminista a través, especialmente, de software y tecnologías libres.
Todas esas experiencias, junto con reflexiones y perspectivas más políticas y sociológicas del ciberfeminismo en la Red, vienen recogidas en el Kit de autodefensa ciberfeminista #uno (numerado como una declaración de próximos volúmenes). Al fanzine le acompañan un Santoral ciberfeminista con algunas de las figuras trascendentes relacionadas con Internet y la lucha contra el poder, como Chelsea Manning, conocida por las filtraciones de Wikileaks, o Remedios Zafra, autora de ensayos esenciales sobre el papel de la mujer como productora de contenidos y la representación de las identidades en el ciberespacio. Y además, un «marcapáginas» #stopmachitrolls complementa la versión analógica del kit.
Todo ello fue presentado el 2 de noviembre en La Otra Librería Café, donde se reunieron Virginia Díez y Silvia Fanton, que viajaron desde Madrid, a las que acompañamos Marta Álvarez y yo, colaboradoras desde la meseta. La huella de las Grecas se encuentra en el último texto del fanzine, donde (y sin que sirva de precedente) se manifiesta cierta esperanza (e incluso optimismo) en que las herramientas digitales puedan ser utilizadas por personas con mayores o menores habilidades técnicas en la lucha por un planeta más igualitario. Puesto que este trabajo se distribuye bajo una licencia Creative Commons Atribución-Compartir Igual (la misma con la que contamos nosotras) despedimos la entrada con el texto íntegro y animando, sin duda, a descargarse el kit completo, o mucho mejor: a comprar su versión en papel.
Levantando polvo
Las mujeres con la dignidad rebelde” rugía la proclama que en los años noventa posicionaba a las chiapanecas a favor de las revueltas zapatistas en México. El movimiento fue pionero en el uso de la Red para la difusión de sus mensajes y la creación de una cultura contrahegemónica capaz de enfrentarse a la posición dominante, una apropiación tecnológica que antecede a las protestas antiglobalización de Seattle y los también occidentales Occupy o 15M español.
Tiempo después de que las indígenas reclamaran su derecho al trabajo, a la tierra, a la salud reproductiva y a la educación, en el mismo país el colectivo “Las hijas de la violencia” cantaban “Sexista punk” y disparaban confeti a sus acosadores callejeros. Su vídeo, que alcanzó millones de viralizaciones en la Web, permitió al resto de mujeres del mundo comprender la realidad de quienes se en frentan a las calles mexicanas.
El asesinato en Ecuador de las tu ristas Marina Menegazzo y María José Coni desató una reacción feminista y transaccional a través del hashtag #Viajosola, etiqueta desde la que se reprobó el discurso mediático generalista que culpabilizaba a las víctimas por no ir acompañadas de un hombre (de otra forma, aunque ellas hubieran sido 30, habrían vuelto a arriesgarse a una situación de total desamparo y soledad).
Más allá de la creación de herramientas para la encriptación de los mensajes, de la participación en tecnologías de cadena de bloques o de la perpetración de ataques de denegación de servicio, Internet ha demostrado ser un espacio donde las personas con menores habilidades técnicas han podido colaborar, autorganizarse y difundir acciones y mensajes que apuntan y combaten un mundo que, entre sus múltiples carencias, además resulta patriarcal.
Cuando Lila Downs canta a Zapata, anima a moverse poco a poquito, a caminar despacito y a levantar polvo a través de la unión y el afecto. Y en conjunto y progresivamente, las editoras de Wikimujeres aprenden, enseñan y producen informaciones que cercenan el sesgo de género en la enciclopedia más popular del espacio Web. Otras deciden convertirse en micromecenas del juego Feminismos Reunidos de Sangre Fucsia o financiar la versión en papel de Píkara Magazine a través de crowdfunding. Otras prefieren comenzar una clase o terminar una conferencia con el Manifiesto de VNS Matrix.
El feminismo, así, esboza su camino de resistencia digital contra el machismo y sus consecuencias reales tanto en la Red como fuera de ella. Existen multitud de frentes abiertos e infinitas acciones posibles para convertir el ciberespacio en un instrumento de cambio social, feminista y solidario. La rebeldía nos encuentra, siempre y cuando la estemos buscando.