«FORTALECER LAS RELACIONES CON EL EJERCITO POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO DE PALENCIA Y QUE DESDE ENTONCES LA PLAZA DE ESPAÑA TENGA UN SÍMBOLO QUE NOS DEBE UNIR A TODOS COMO ES NUESTRA BANDERA». Así, en mayúscula, contestaba la institución local a la pregunta de una peticionaria que deseaba conocer cuánto costaba la instalación del emblema patrio en el espacio homónimo. Es lo que tiene la transparencia, que siempre instruye en valores de elevado espíritu.
Pues resulta que nada, no costaba nada, era un regalo de la cuarta Subinspección General del Ejército y Comandancia Militar de Valladolid, que en 4 años había plantado 36 rojigualdas en diferentes municipios. Quién va a dudar que el Ministerio de Defensa no puede destinar dinero a que una ardilla recorra España de mástil en mástil, ya que presupuesto siempre le sobra, o acaso solo se sobrepasa en 2.000 millones, vaya. Qué gran país, qué gran plataforma, qué momentos nos dio. Pero esto sucedió a principios de 2015, y ahora solamente podemos llorar por la ausencia de Tu Derecho a Saber.